Liber Ludens

Hace 6 años con un querido amigo empecé a vender libros.

Nuestro gancho principal estaba en el servicio detectivesco. Rastrear libros y llevarlo a las manos del cliente.

Con parsimonia han llegado más personas interesadas en este servicio que ofrezco por los momentos aquí.

Vender libros es un oficio de propiedades múltiples.

El librero es un entusiasta aprendiz de hechicero.

Caracas es una ciudad de bichos raros. Repleta de maravillosos mostricos come hojas.
Lectores bárbaros, llamas de vela.

En la diferencia está la clave para mejorar el servicio.

El buen librero escucha y absorbe como una esponja.


En principio un lector recomienda lo que le gusta a sus amigos; por otra parte, el librero recomienda lo que posiblemente pueda enganchar al cliente.

Más adelante el librero y el cliente se hacen amigos. Se forma un círculo. Las pasiones se contagian de manera inevitable, porque siempre es grato encontrarse con personas que compartan los mismos vicios que nosotros.

Ese amor por la lectura aparece en los lugares más inesperados. Nacen admiraciones secretas. Siempre hay figuras anónimas que dejan su rastro de amabilidad, y con eso basta.

Es grato que el lector regrese envestido como un amigo.

A veces como un amante, y en el mejor de los casos como un discreto enemigo, tan necesario para ser mejores.

Con el tiempo he aprendido a darle un valor absoluto a la amistad.
Un amigo puede estar encerrado en un frasco
O en la página doblada por una esquina.

Amigo. Palabra gruesa y delicada.
Uno debe velar por juntarse con personas que nos ayuden a crecer, a ser mejores de lo que somos.

Uno quiere amigos grandes, que nos enseñen, que nos discutan la mínima coma, que sean brutalmente honestos y nos digan cuando tengamos mal aliento.

La asertividad se cultiva alrededor de los libros. Uno le agarra cariño a las pasiones ajenas.

El mayor deseo de muchos es poder mantenerse haciendo algo que le guste. Encontrar el equilibrio es difícil pero no imposible. Sin embargo, ya es bastante con tener claro a qué cosa te gusta dedicarte para vivir. Son cosas distintas. La segunda es más importante: otorga cualidades a tu esencia.

Una de las cosas más difíciles que hay es Ser una Persona.

La existencia es complicada. Se hace insoportable cuando no se tiene un motivo para vivir. Por eso es preciso encontrar una pasión, un interés. Algo nos tiene que gustar.

Mi hermana una vez me dijo que es muy triste encontrarse con una persona sin pasión, alguien que no tenga ningún interés por nada.

Muchas personas pueden vivir tranquilas sin pasiones, le digo a ella.
No pasa nada.
Lo triste es existir sin tener la más mínima idea de quién es uno.

Promover la lectura es la suma de convicciones.
Vivir de esto: la ambición de la esperanza.

Mis decisiones son estrictamente literarias.

Ya asumí, por supuesto, un estilo de vida.

Uno no solo debe creer sino amar lo que hace.

De esta manera cualquier vocación vale la pena.

Vivir sin duda es más importante que leer, pero leer ayuda a vivir.

Alexander JM Urrieta Solano

Ilustración realizada por Rossana Bermúdez

Publicado por

@LiberLudens

También los animales son ciudades.

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